viniste con tu llamada de calma
Como si el viento te murmurará
En la distancia mi desesperación y soledad
Y vi tu nombre con sorpresa, con asombro
Se cumplió mi deseo, mi anhelo
Violando el toque de queda de cada noche
Y en tu voz encontré calma,
Esa promesa inquebrantable
De estar el uno para el otro.
Tus palabras fueron como el río
Lavando el polvo del enojo.
Y la corriente de tu energía
Rodó y empujo las piedras
de ese mal rato.
Como un momentos mágico
Porque aún en tu ausencia,
mientras te pienso
Germina en mí siempre una sonrisa
Como una presencia invisible
Que me acoge, que me abraza
Que me entiende y apapacha.
Tejiendo calma y paz.
Esa llamada inesperada
Me dio arrolló,
Un deseo que trasciende
Que transforma
Que enamora.
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