domingo, 12 de octubre de 2025

Un deseo que respira – Parte II. (La historia detrás de la piel)

 


Y cada día suma un latido más
a nuestra historia,
esa que construimos detrás de una fachada,
con un guion que se escribe solo,
como si el destino dictara cada gesto,
cada palabra,
cada silencio compartido.

Entonces te miro… y todo arde:
mi cuerpo, mi sombra, mi nombre.
Tu presencia me deshace y me reconstruye,
como si en tus brazos el universo
encontrara su forma más pura.
No hay límite ni miedo —solo entrega,
solo el milagro de sentirnos vivos.

Tan libres… y a la vez tan cautivos,
sostenemos un amor que respira en lo oculto,
una felicidad que crece sin permiso,
que busca espacio entre las horas.

Y cuando llega el fin de semana,
tu ausencia pesa —pero no hiere.
Porque no hay distancia capaz de borrar
el eco de tu voz en mi mente,
ni el calor invisible que dejas en mi piel.

Sigues ahí…
en el rincón tibio de mis pensamientos,
en la quietud que antecede al sueño,
en ese instante en que cierro los ojos
y el mundo se reduce otra vez
a ti.

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